TE COMPARTO UNA SITUACIÓN MUY DIFÍCIL, QUE PUEDE SER LA DE MUCHAS PERSONAS.

Acerca de unos amigos que perdieron a su madre hace diez meses y están teniendo dificultades para aceptar esa realidad, lo que les impide superar el duelo. Cuando llamaron para comentarme, lo primero que pensé, que, si la falta de fe puede estar influyendo en su incapacidad para aceptar la pérdida y qué pueden hacer para superar este dolor, además, de cómo podrían contribuir al bienestar del espíritu de su madre que partió de este mundo con la esperanza en la gloria eterna.

Lamenté profundamente escuchar la aflicción de mis amigos y la dificultad que están experimentando para aceptar esa realidad. Aunque no soy psicóloga, creo que cada profesión aporta habilidades únicas para brindar apoyo. En mi caso, como abogada/conciliadora, (por si acaso esto no es propaganda) cuento con experiencia y estrategias en comunicación, resolución de problemas y comprensión de necesidades individuales. Les agradecí por  la confianza que depositaron en mí al compartir su dolor y les dije estoy aquí para apoyarlos en lo que necesiten.

Al analizar el caso, es fundamental reconocer que el duelo afecta a las personas de manera única. Cada individuo tiene su propio tiempo y método para superar la pérdida, ya que el proceso de duelo es incomparable para cada persona. En este sentido, es esencial encontrar el apoyo y los recursos que se adapten a las necesidades individuales de cada uno. Dado que el duelo no sigue un calendario fijo, es importante comprender que lleva tiempo. Aunque el proceso puede ser complejo, se destaca la importancia de ser comprensivo consigo mismo y permitirse el espacio necesario para sanar.

La falta de aceptación puede estar relacionada con diversos factores, y la fe es sólo uno de ellos. Sin duda que, en algunos casos, con creencias religiosas diversas, puede brindar consuelo y un sentido de propósito, es posible que la negación o la dificultad para aceptar la pérdida también estén influenciadas por aspectos emocionales, psicológicos y sociales.

Cuando los contacté para brindar apoyo en el manejo de su dolor y avanzar en el proceso de duelo, fue crucial destacar la importancia de buscar la ayuda de un terapeuta. Un terapeuta puede proporcionar un espacio seguro donde puedan expresar sus emociones libremente y recibir orientación para procesar la pérdida. La asistencia profesional puede ser fundamental en el camino hacia la curación emocional.

Se les recomendó buscar a otras personas que hayan pasado por situaciones similares para compartir experiencias, ya que esto puede ser reconfortante. Además, no deberían dejar de considerar la posibilidad de unirse a grupos de apoyo, ya que estos proporcionan un valioso sentido de comunidad y comprensión mutua. La interacción con quienes han enfrentado desafíos similares puede ofrecer un apoyo emocional significativo durante el proceso de duelo.

Además de alentarlos a expresar sus emociones de manera abierta y saludable, se les motivó a dejar volar su imaginación en la creatividad, ya sea a través de la escritura de poemas, la creación de cuentos o transformando la realidad en historietas. Cabe destacar que poseen el don del arte de la guitarra y el canto, y disfrutan de la compañía de numerosos amigos cercanos. Incluso mencionaron tener un karaoke en casa, donde pueden compartir y disfrutar de momentos alegres juntos.

Se les sugirió que, en caso de que la fe sea una parte importante de sus vidas, podrían considerar hablar con sacerdotes, diáconos o laicos comprometidos, participar en un retiro espiritual o unirse a un grupo de oración para encomendar a su madre en el rezo del Santo Rosario.

Se destacó que la fuerza del rezo del Rosario va más allá de lo espiritual y puede tener impactos emocionales y psicológicos positivos en quienes lo practican regularmente. Este acto repetitivo no solo tiene un efecto calmante que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, sino que también puede proporcionar un espacio para la reflexión y la conexión espiritual, contribuyendo así al bienestar integral.

 “Que el Señor nos bendiga y la Virgen nos proteja”

Tu amiga 

Mirtha Villarroel de Rocha