FELIZ DIA DEL SEÑOR. 

ABRE TU BIBLIA Y LEE: Mc 1,14-20

“SÍGANME, Y  YO LOS HARÉ PESCADORES DE HOMBRES, ELLOS INMEDIATAMENTE DEJARON SUS REDES Y LOS SIGUIERON

Jesús pronunció estas palabras cuando llamó a dos pescadores, Simón (más tarde conocido como Pedro) y Andrés, para que lo siguieran y se convirtieran en pescadores de hombres. La narrativa destaca la prontitud y la obediencia de los discípulos al responder al llamado de Jesús.

Cuando Jesús les dice "síganme, y yo los haré pescadores de hombres", está utilizando la metáfora de la pesca para expresar la tarea que tendrán como discípulos. Así como los pescadores pescan peces del mar, los discípulos de Jesús serán llamados a atraer a las personas hacia el reino de Dios, compartiendo el mensaje de salvación y conduciéndolas a seguir a Jesús.

La respuesta inmediata de Simón y Andrés, dejando sus redes y siguiendo a Jesús, destaca la prontitud y la disposición de los discípulos para abandonar sus ocupaciones anteriores y comprometerse con el llamado de Jesús. Este acto simboliza un cambio radical en sus vidas y una entrega total al servicio de Jesús y a la misión de difundir el mensaje del reino de Dios.

Este pasaje refleja la importancia de la respuesta rápida y obediente al llamado de Jesús, así como la idea de que aquellos que le siguen serán instrumentos en su obra de redención y transformación de vidas. Se relata el inicio del ministerio público de Jesús. Jesús comienza a predicar la buena nueva del reino de Dios, llamando a las personas al arrepentimiento y a creer en el evangelio. Luego, Jesús llama a sus primeros discípulos, pescadores como Simón (llamado Pedro), Andrés, Santiago y Juan. Estos discípulos dejan sus redes y lo siguen.

En términos de conversión, el pasaje destaca la importancia de abandonar las ocupaciones y prioridades anteriores para seguir a Jesús. Se presenta como un cambio de enfoque, un dejar atrás el modo de vida anterior para abrazar la enseñanza y el camino de Jesús.

 La idea de "verdadera conversión total" podría interpretarse como un proceso continuo de transformación, donde el individuo se aparta de su propio egoísmo y se orienta hacia una vida centrada en Dios y en los demás. Es un llamado a cambiar el centro de gravedad de la existencia personal, alejándose de un enfoque egocéntrico hacia un enfoque más centrado en Dios y en el servicio a los demás.

La conversión total comienza con un cambio interno de corazón y una aceptación activa de la verdad de Dios.

“Que el Señor nos bendiga y la Virgen nos proteja”

Tu amiga

Mirtha Villarroel de Rocha

 

 

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