BUSCAR LA CONVERSIÓN EN TIEMPO DE CUARESMA

 LECTURA Y REFLEXIÓN 

LEE: Lc 5, 27-32

¡Sigueme! le dice Jesús a Levi, un publicano que significa, un pecador  publico, toda la gente lo conocia porque era corrupto, era ladrón, se embolsillaba el dinero del pueblo a través del cobro de impuestos, antivalores que para este cobrador era ya normal. Y cuando Jesús lo mira, es como si lo pillara con las manos en la masa, todo el dinero recaudado. Pero lo mira con amor, con compasión, hubo un cruce de miradas, pero  Levi escuchó la voz del Señor, dejó todo y lo siguió.

Este Evangelio nos trae mucha esperanza, porque vemos que el Señor es capaz de meter las manos al fuego por  nosotros pecadores, a pesar de ya conocernos. 

Hay  algo paradójico, que debemos entender,  que el pecador despierta en el corazón del Señor, esperanza emoción,  porque confia en nuestra capacidad y determinación y podemos contestarle  ¡Señor! Soy una gran pecadora, soy un  gran pecador, ¿acaso merezco tu perdón? y El nos dirá, ¡No importa!...Yo sufrí por ti, no tendria sentido mi Pasión. Hoy quiero borrar tus pecados, quiero blanquear tu alma. "Si tú  quieres,  tú  puedes". Es sólo tener el propósito y el deseo de cambiar,  desechar el pecado en este tiempo Cuaresmal.

Dejémonos  amar por Jesús durante esta  Cuaresma que recién comenzamos. Dejemos que perdone nuestros pecados, buscando a un sacerdote para confesarnos.  Dejémonos mirar  por su bondad, El no se avergüenza de nosotros, por más que se haya cometido horrendos pecados, siendo  un asesino, un corrupto, alguien que intentó suicidarse, o quien cometió un aborto,  porque Jesús no vino a salvar a los justos, sino, a los pecadores. Buscó a la oveja perdida y dejó a las 99. ¿Es que no es suficiente lo que el Señor   hizo y sigue haciendo? 

No hagamos esperar al Señor, no prolonguemos nuestra conversión durante esta Cuaresma. Tomemos el vuelo hacia la Santidad y vivamos la experiencia del amor de Dios.