NO HABRÁ OTRO SIGNO DIFERENTE AL DE JONÁS
LECTURA Y REFLEXIÓN
LEE: Lc 11, 29-32
A mucha gente le llama la atención lo espectacular, lo aparatoso, lo que brilla y en ese entorno se aglomeran. Pero lo sencillo, pasa desapercibido. Y asi vino el Señor a esta tierra, de manera humilde, muy sencillo, natural y en esos conceptos todo tiene que sabernos a Dios...
En este tiempo cuaresmal en que estamos empapados de la palabra de Dios, tanto en la iglesia, la casa, la radio, sacerdotes que predican, religiosas que se acercan y laicos que utilizan la tecnología para compartir fuertemente el Evangelio, todos con temas cuaresmales nos llama a la Conversión.
Y es algo sencillo: lo aceptas o no. Porque no habrá otro signo diferente al de Jonás, un hombre sin trascendencia económica o conocimientos académicos que atravesó la ciudad de Ninive, e iba diciendo que en 3 días sería destruída, Oráculo del Señor, y lo maravilloso fue que, en 3 días todo ese pueblo entró en ayuno, hasta los animales, hicieron penitencia y oración por orden del rey de Ninive. Dios cambió sus planes a través del profeta Jonás y no destruyó la ciudad, porque la actitud de la gente fue escuchar la Palabra de Dios y llegó a la Conversión.
Pues el Señor en nuestros tiempos, tal como lo hizo, si leemos el Evangelio de San Lucas 4,1-13, no caerá en tentaciones, así el hombre actual le pida signos, quizá esté pidiendo un milagro para que Rusia deponga su actitud bélica y su presidente al ver el Poder de Dios que supera al suyo, cese el fuego, pero eso sería a la fuerza. No habrá milagros para que la Conversión sea forzada, viciada, Dios la quiere en libertad, porque actúa natural y en el devenir de los días.
Si atendemos este mensaje, tu vida, mi vida y la de todos, cambiará, porque alguien llevó primero con sus predicaciones la bandera del signo de Jonás y es el momento de ser nosotros también portadores de esa bandera, compartiendo el Evangelio del día con tu familia, tus colegas de trabajo, tu grupo social y ponerla en práctica. Ser referente con tu testimonio de vida.
La conversión es voluntaria, pero a la vez, es necesaria en este tiempo de Cuaresma.
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