LA FUERZA DE LA ORACION

 LECTURA Y REFLEXIÓN

LEE: Mt 7,7-12

Hablemos sobre la única  fuerza verdadera que tiene el ser  humano, la ORACIÓN. Orar es dialogar, es conectarnos directamente con Dios. Y Dios escucha nuestra oración si somos constantes, si la practicamos, si no dudamos pudiendo obtener  milagros de Dios ante nuestras aflicciones. Quien les escribe, puede dar testimonio de la misericordia de Dios, por la constancia en la Oración. 

Damos algunos datos relevantes que nos ayudarán para afianzar  nuestra fe. (Se sugiere leer en la Biblia la vida de los Santos y profetas) Por ejemplo tenemos a:

Abraham, llamado el Padre de la fe y de muchas naciones, oró y oró con mucha insistencia. 

Moisés oró para que Dios no destruyera su pueblo porque ya estaba decretado por Dios, al haber construido un becerro de oro. Moisés no faltó a Dios e hizo una pulseta con Él y le ganó, porque la debilidad de Dios es la Oración, es la fuerza del Cristiano y arma eficaz para alejar al maligno y  eso no lo sabemos o sino, no lo practicamos. 

Santa Mónica Patrona de los hijos rebeldes y de las esposas que sufren violencia y más aún, madre de San Agustín, rezó, rezó la mayor  parte de su vida hasta lograr la conversión de ambos. 

Albert Einstein (científico) decía:  "El hombre es más grande y poderoso cuando está de rodillas delante de Dios".

Y el Señor nos dice: "Pidan y recibirán" "Busquen y hallarán" "Toquen y se les abrirá" y cómo lograrlo, practicando las oraciones del Cristiano, escuchando la Palabra de Dios,  rezando el Santo Rosario, pidiendo con insistencia como lo hizo la viuda y el juez  injusto según  la parábola que podemos leer en Lc.18,1-8.  Por otra parte los niños nos dan ejemplo  cuando quieren algo, lloran e insisten tanto, hasta  que consiguen su objetivo. 

Todo lo indicado nos lleva a la Oración, que tiene que ser constante y no sólo  cuando estamos en dificultades o en este tiempo de Cuaresma donde sube el termómetro de la Fe, sino toda tu vida, porque la oración no tiene vacaciones, debe ser como el corazón y los pulmones que no dejan de latir y respirar. Así tiene que ser nuestra oración. Aprovechemos este recurso tan maravilloso para que forme parte de nuestra vida, así nos cueste vivir la experiencia de Dios, hagamos el propósito de aumentar la Oración y mantenernos perseverantes para conseguir la victoria.

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