REGLA DE ORO: ¡ LAS OBRAS DE MISERICORDIA!

 LECTURA Y REFLEXIÓN 

LEE: Lc 6,36-38

La regla de oro que nos dejó San Mateo y en este Evangelio San Lucas lo recuerda.

Tratar a los demás como quieras que te traten.

No señales para que no te señalen.

Ayuda al necesitado para cuando tú necesites, te ayuden. 

Lo que siembres, cosecharas.

Así es la vida, así es la existencia humana, lo que tú o yo demos y cómo lo demos, la vida te dará. Lo que se lance a la vida, la vida te lo devolverá.

En esta Cuaresma el Señor nos llama a la reflexión, a no juzgar, no señalar, no maltratar, al contrario, ser generoso, compasivo. Amar a nuestros enemigos, el Mándamiento del amor que nos dejó el Señor. 

No es fácil ser humilde, no es fácil dar la otra mejilla,  no es fácil ser generoso y no es fácil perdonar al que te ha ofendido u orar por esa persona. Pero hay que avanzar poco a poco, para cultivar esa virtud que sólo se logra con la perseverancia, con el tiempo, con paciencia y con amor.

 Esta Cuaresma nos abre la puerta de nuestro corazón, de nuestra vida, con el Ayuno, la Oración y la Limosna, si ponemos en práctica estos pilares, e intensificamos  las Obras de Misericordia (pasaporte para el cielo) que nos enseñan a dar hoy un poquito, mañana otro tanto, hasta  acostumbrarnos a socorrer a nuestros semejantes toda la vida y  esa medida el Señor la usará con nosotros en el juicio final.

Debemos sentimos necesitados de la Misericordia de Dios y entonces habiendo experimentado esa misericordia, podemos tomar en cuenta lo que dijo Papa Francisco, "misericordiar a alguien", sólo es posible si has experimentando antes la misericordia que es un Don Divino, por eso, es necesario poner en práctica en esta Cuaresma la reconciliación con Dios, acercarse a la confesión, cumplir la penitencia que te fuera impuesta, recibir a Jesús Sacramentado y llevar una vida coherente tal cual es la propuesta de este pasaje bíblico.

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