LA METÁFORA DE "VOSOTROS SOIS LA SAL DE LA TIERRA Y LA LUZ DEL MUNDO”
Es una referencia a las enseñanzas de
Jesús en el Evangelio de Mateo 5,13-14 “Vosotros sois la sal de la tierra"
pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se salará? No sirve más para nada, sino
para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. La sal, en tiempos de Jesús,
tenía varios usos prácticos, como preservativo de los alimentos y saborizante.
En el contexto bíblico, Jesús usa la sal para simbolizar varias cosas:
Como la preservación. La sal preserva los alimentos de la descomposición. De manera similar,
como cristianos, estamos llamados a preservar la bondad, la justicia y la
moralidad en el mundo, que, de otro modo, se corrompería por el pecado y la
maldad. La presencia de los cristianos en la sociedad tiene un papel
fundamental para mantener los valores cristianos y proteger a la humanidad de
la degradación moral.
El sabor. La sal también da sabor. Los
cristianos, como "sal", deben ser una fuente de inspiración,
generando un impacto positivo en los demás y mostrando el amor de Dios en
nuestras acciones y palabras.
Testimonio personal: La sal también tiene el poder de
purificar. Ser "la sal" de la tierra implica que debemos vivir una
vida pura, un testimonio vivo de lo que es seguir a Cristo. Debemos ser
conscientes de que nuestras acciones y decisiones pueden ser ejemplos de la
verdad cristiana y marcar la diferencia en un mundo que a menudo vive en
oscuridad o confusión.
"Vosotros sois la luz del mundo"
La luz, en la Biblia, también tiene
un gran simbolismo, y en este caso, Jesús se está refiriendo a los discípulos
como luz para el mundo.
Ser claridad y guía. Como la luz ilumina la oscuridad, los
cristianos están llamados a guiar a otros hacia Dios, mostrando el camino de la
fe, la esperanza y el amor en medio de la oscuridad espiritual y moral que
afecta al mundo.
Visibilidad y testimonio. La luz no se puede esconder; es visible para todos.
De manera similar, los cristianos deben vivir una vida que sea un testimonio
público de la fe, sin vergüenza ni timidez. Como la luz de una ciudad sobre un
monte, nuestra fe debe ser una luz visible que atrae a los demás hacia Cristo.
Transformación. La luz tiene el poder de transformar y purificar. Los cristianos, como
luz, están llamados a iluminar el corazón de las personas, ayudándolas a ver la
verdad y la belleza de la vida en Cristo. El amor de Dios, reflejado a través
de nuestras vidas, debe iluminar a otros, ayudándoles a salir de la oscuridad
del pecado y la desesperación.
Reflexión sobre el Llamado a Ser "Sal" y "Luz"
Jesús nos llama a ser conscientes de
nuestra identidad como cristianos, representando la pureza, la verdad y el amor
de Dios en un mundo que a menudo se aleja de esos principios. Debemos reflejar
la santidad de Dios en nuestras actitudes y decisiones, ya que no somos solo
individuos más, sino representantes de un reino eterno. En un mundo lleno de
relativismo, los cristianos deben destacar por su integridad y bondad,
mostrando el carácter de Cristo en nuestras relaciones.
Ser la "sal" y la
"luz" no sólo implica santidad personal, sino también acción social,
influenciando positivamente las estructuras sociales y luchando contra la
injusticia y el sufrimiento. No debemos ocultar nuestra fe; nuestra vida cristiana
debe ser visible y coherente, actuando con valentía y testificando del amor de
Dios, incluso cuando esos valores son rechazados por la sociedad.
Estas expresiones a ser "Sal" y "Luz" nos invitan a
vivir de una manera que influencie positivamente al mundo, a la familia, al
entorno donde nos desplazamos y en la propia comunidad a la que pertenecemos,
siendo ejemplo de bondad, justicia, amor, empatía y solidaridada ayudando a
mejorar la sociedad y guiando a otros hacia la verdad de Dios.
“Que el Señor nos bendiga y la Virgen nos
proteja”
Tu amiga
Mirtha Villarroel de Rocha
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