¿QUIERES EVALUAR TU VIDA DESPUÉS DE LOS SESENTA AÑOS ? TE DOY PAUTAS.
Evaluar tu
vida a lo largo de los 60, 70 o más años, es un ejercicio profundo de
reflexión, y puede ayudarte a identificar los momentos más significativos, los
aprendizajes obtenidos, y los logros alcanzados. Pasos que puedes seguir para
hacer una evaluación completa, tanto en lo personal como en lo profesional y
espiritual:
1. REFLEXIÓN
GLOBAL: ¿Cómo te sientes contigo mismo/a?
Bienestar general: Reflexiona sobre cómo te sientes en
este momento de tu vida. ¿Estás satisfecho/a con lo que has logrado? ¿Estás en
paz contigo mismo/a?
¿Qué te
define hoy?: Piensa en las características que te describen
ahora. ¿Quién eres hoy en comparación con quien eras hace 10, 20 o 30 años?
Sentimientos de gratitud y arrepentimiento: Haz una
lista de las cosas por las que te sientes agradecido/a, así como de las cosas
que sientes que podrías haber hecho de otra manera.
2. DIVISIÓN POR
ETAPAS DE LA VIDA
Para hacer
una evaluación detallada, puedes dividir tu vida en etapas. Esto puede ayudarte
a recordar diferentes períodos y enfocar tu reflexión en aspectos concretos.
Infancia (hasta los 12 años): ¿Qué
recuerdos tienes de tu infancia? ¿Cuáles fueron las enseñanzas o experiencias
que marcaron esos años?
Adolescencia (13-19 años): ¿Qué cambios importantes
ocurrieron en tu vida durante la adolescencia? ¿Cómo fue tu relación con tus
padres, amigos y entorno? ¿Qué aprendizajes adquiriste en este período?
Juventud (20-35 años): ¿Cómo fue tu proceso de crecimiento
personal, académico y profesional? ¿Cuáles fueron tus mayores retos y logros?
Madurez (36-55 años): Reflexiona sobre tus relaciones,
carrera, familia y vida personal. ¿Lograste tus metas de vida? ¿Qué cambios o
transformaciones importantes ocurrieron durante esta etapa?
Tercera edad (56-72 años): ¿Cómo has vivido esta etapa?
¿Cómo ha cambiado tu visión sobre la vida, el propósito, la familia, el trabajo
y la espiritualidad?
3. ÁREAS A
EVALUAR
Haz un
análisis en varias áreas clave de tu vida. Aquí tienes algunas sugerencias:
Relaciones personales: ¿Cómo han sido tus relaciones con tu
familia, amigos, pareja e hijos? ¿Qué has aprendido de estas interacciones? ¿Te
sientes bien con las personas que te rodean?
Salud:
Reflexiona sobre tu salud física y mental a lo largo de los años. ¿Te has
cuidado lo suficiente? ¿Qué cambios importantes ha tenido tu salud?
Carrera profesional y logros: Piensa en
tu vida laboral. ¿Has alcanzado las metas que te propusiste? ¿Qué te ha dado
satisfacción profesional? ¿Qué obstáculos enfrentaste y cómo los superaste?
Crecimiento personal y espiritual: Evalúa tu
crecimiento interior. ¿Cómo ha evolucionado tu comprensión de ti mismo/a y del
mundo? ¿Qué has hecho para crecer espiritualmente?
Finanzas: ¿Cómo has manejado tus finanzas a lo largo de
los años? ¿Estás en la situación financiera que esperabas a esta edad?
Contribución social y legado: ¿De qué
manera has impactado a los demás o a la sociedad? ¿Cuál sientes que ha sido tu
legado hasta ahora?
4. IDENTIFICAR
LOGROS Y FRACASOS
Haz una lista
de tus logros más significativos. Reflexiona sobre lo que te hace sentir
orgulloso/a y sobre lo que quizás no salió como esperabas. A partir de ahí,
intenta encontrar las lecciones aprendidas de esos fracasos o desafíos.
5. PREGUNTAS
CLAVES PARA LA EVALUACIÓN
Puedes
hacerte algunas preguntas que te ayuden a profundizar en tu evaluación
personal:
¿Qué harías de manera diferente si pudieras volver
atrás?
¿Cuáles han sido tus momentos más felices?
¿Qué ha sido lo más difícil que has superado?
¿Te sientes realizado/a con la vida que has llevado?
¿Qué legado te gustaría dejar?
¿Tienes algún arrepentimiento?
¿Qué te gustaría lograr en los próximos años?
6. EVALUAR TUS
METAS Y PROPÓSITOS
Metas alcanzadas: Reflexiona sobre las metas que has
alcanzado en diferentes momentos de tu vida. ¿Cómo te han ayudado a ser la
persona que eres hoy?
Metas pendientes: Considera qué metas no alcanzaste y
si aún te gustaría lograrlas. ¿Tienes sueños o deseos que te gustaría cumplir
antes de que termine tu vida?
7. TENER EN
CUENTA LA PERSPECTIVA DEL FUTURO
Reflexiona
también sobre el futuro. ¿Cómo te gustaría pasar los próximos años? ¿Qué
cambios o ajustes te gustaría hacer en tu vida para sentirte más realizado/a?
8. CONCLUSIÓN Y
GRATITUD
Haz un
ejercicio de gratitud por todas las experiencias que has vivido. Agradece tanto
los momentos felices como los difíciles, porque ambos han contribuido a tu
crecimiento.
Reconoce lo
que te queda por hacer y pon en marcha un plan para los próximos años si así lo
deseas.
Herramientas que te pueden ayudar:
Escribir un diario: Esto te permitirá reflexionar de
manera más profunda y detallada sobre tu vida.
Hacer una línea del tiempo: Puedes crear una línea del
tiempo visual de tu vida y marcar los momentos clave, como nacimientos, logros,
cambios importantes, etc.
Hablar con alguien de confianza: A veces,
conversar con una persona cercana sobre tu vida puede ayudarte a ver las cosas
desde otra perspectiva.
La evaluación
de tu vida durante tus años vividos hasta este momento, puede ser un proceso
muy enriquecedor que te permite mirar atrás con sabiduría y también planificar
tu futuro de manera más consciente, aunque sabemos que el pasado ya no existe, lo
que ocurrió en el pasado ya no se puede modificar ni recuperar, y por lo tanto
no tiene poder sobre nuestro presente. El presente hay que vivirlo, aprovechar
el momento actual, viviendo una vida como Dios manda y es lo único que
realmente podemos controlar. El futuro no sabemos, es incierto; no podemos
predecir lo que ocurrirá, por lo que no tiene sentido obsesionarnos por él.
Estas frases sugieren que debemos aprender a vivir
plenamente el presente, sin aferrarnos al pasado ni preocuparnos excesivamente
por el futuro. Es un llamado a la conciencia de la permanencia de vivir en paz y
a disfrutar de lo que tenemos ahora.
Demos gracias a Dios por tener vida en este momento.
¡Que el Señor nos bendiga y la Virgen nos proteja!
Tu amiga
Mirtha Villarroel de Rocha
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