EN EL EVANGELIO DE HOY DÍA LUCAS 10,17-24, DEBEMOS ESTAR ATENTOS A ESTAS TRES VIRTUDES:

En este pasaje, los discípulos regresan llenos de alegría, asombrados por el poder que Jesús les ha conferido para expulsar demonios y sanar a los enfermos. Sin embargo, Jesús les recuerda que no deben alegrarse tanto por el poder que poseen, sino porque sus nombres están escritos en el cielo. Después, en un momento de profunda gratitud y gozo, Jesús alaba al Padre por haber revelado estas cosas a los pequeños y humildes en lugar de a los sabios y entendidos.

Este Evangelio nos invita a poner nuestra atención en tres virtudes esenciales:

Vigilancia y Discernimiento:

“He visto a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lucas 10, 18).

Jesús nos advierte sobre la presencia del mal y nos llama a estar atentos. El enemigo de la salvación no descansa y se presenta de formas sutiles. Debemos vigilar nuestro interior, discernir nuestras decisiones y estar atentos a las tentaciones que pueden desviarnos del camino. Estar vigilantes significa orar, meditar y examinar constantemente nuestros pensamientos y acciones para actuar conforme a la voluntad de Dios.

Pequeñez, Humildad y Sencillez:

“Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños” (Lucas 10, 21).

Jesús exalta la importancia de la humildad para recibir los misterios de Dios. No es la inteligencia o el conocimiento lo que nos acerca a Él, sino la sencillez de corazón y la disposición de reconocernos pequeños ante su grandeza. La humildad nos hace dependientes de Dios y nos permite estar abiertos a su revelación y a su amor. Seamos como niños: confiados, sinceros y dispuestos a aprender y recibir con gratitud.

Gratitud:

“Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven” (Lucas 10, 23).

Jesús nos llama a reconocer el don inmenso de vivir en un tiempo donde Él mismo se nos ha revelado. Tenemos la gracia de conocer su palabra, escuchar el Evangelio y participar en la Eucaristía. Sin embargo, muchas veces perdemos la oportunidad de acercarnos más a Dios por distracción o indiferencia. Agradezcamos los dones espirituales y recursos que tenemos a nuestra disposición: la oración, los sacramentos, las enseñanzas de la Iglesia y el acompañamiento espiritual. La gratitud nos conecta con la bondad de Dios y nos anima a no desaprovechar las oportunidades de conocerlo más profundamente.

Aplicación para la Vida

Este Evangelio nos impulsa a reflexionar sobre nuestra actitud ante la fe. ¿Estamos vigilantes, discerniendo la presencia del mal y cuidando nuestro corazón? ¿Somos humildes y sencillos para aceptar los misterios de Dios, dejando de lado el orgullo y la autosuficiencia? ¿Vivimos con gratitud y aprovechamos los medios espirituales que tenemos para crecer en nuestra relación con Dios?

Pidamos al Espíritu Santo que nos conceda la gracia de ser vigilantes, humildes y agradecidos para que, como los discípulos, podamos experimentar la verdadera alegría de ser conocidos y amados por Dios, y vivir con la certeza de que nuestros nombres están escritos en el cielo.

“Que el Señor nos bendiga y la Virgen nos proteja”

Tu amiga

Mirtha Villarroel de Rocha

 

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