¡FELIZ DIA DEL SEÑOR!
ABRE TU BIBLIA Y LEE: Mc 9,2-19 ”ESTE ES MI HIJO MUY QUERIDO, ESCÚCHENLO”
" Es una declaración que se encuentra en el relato
de la Transfiguración en el Evangelio de Marcos 9,2-10 que relata un momento
crucial en el ministerio de Jesús: la transfiguración en el monte. Aquí, Jesús
se revela en su gloria divina ante tres de sus discípulos más cercanos: Pedro,
Santiago y Juan. La escena es extraordinaria, ya que Moisés y Elías aparecen
junto a Jesús, conversando con él.
La frase "Este es mi hijo muy querido,
escúchenlo" nos ofrece una visión profunda de la relación entre el
Padre y el Hijo, confirma la misión de Jesús en la tierra, y nos invita a una
intimidad y obediencia personal con él. Nos recuerda que Jesús es digno de
nuestra atención total y nuestra respuesta fiel a su llamado. Esta declaración
nos muestra una visión de la Trinidad, donde Dios Padre reconoce a Jesús como
su Hijo amado. Es un recordatorio del vínculo íntimo y eterno entre el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo, revelando la naturaleza compleja y unificada de
Dios.
La transfiguración no solo es un evento sobrenatural,
sino que también es un momento de revelación. Al mostrar su gloria divina,
Jesús confirma su identidad como el Hijo de Dios. La voz del Padre desde la
nube lo ratifica: "Este es mi Hijo muy querido; escúchenlo".
Pedro, Santiago y Juan quedan sobrecogidos por esta
visión. Pedro, en su habitual impulso, ofrece construir tres tiendas para
Jesús, Moisés y Elías, como si quisiera prolongar ese momento de gloria. Pero
la voz del Padre los llama a escuchar a Jesús. Esto subraya la supremacía de
Jesús sobre la ley (representada por Moisés) y los profetas (representados por
Elías).
La transfiguración ofrece varias
reflexiones profundas:
Confirma la identidad divina de Jesús como el Hijo de
Dios. Es un momento de revelación crucial para los discípulos y para nosotros
como lectores de las Escrituras.
La presencia de Moisés y Elías señala la conexión
entre Jesús y las Escrituras hebreas. Jesús es el cumplimiento de la ley y los
profetas.
La orden del Padre de escuchar a Jesús resalta la
necesidad de prestar atención a sus enseñanzas. No solo es importante ver la
gloria de Cristo, sino también escuchar y obedecer su palabra.
La transfiguración ocurre justo antes de que Jesús se
encamine hacia Jerusalén, donde enfrentará su pasión y muerte. Nos recuerda que
la gloria está intrínsecamente ligada al sufrimiento y la redención.
La transfiguración es un momento de revelación divina
que nos invita a reconocer la identidad de Jesús como el Hijo de Dios, a
escuchar sus enseñanzas y a comprender la relación entre la gloria y el
sufrimiento en el plan de redención.
¡Que el Señor nos bendiga y la Virgen nos proteja!
Tu amiga
Mirtha Villarroel de Rocha
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