LEÍ
ESTE PÁRRAFO DEL PAPA FRANCISCO que decía: “El
corazón no se puede photoshopear porque es ahí, donde juega el amor verdadero,
ahí, se juega la felicidad” Y te lo comento.
Qué quiso expresar, haciendo
referencia al "photoshop".
Hace la analogía con el "photoshop" como
una herramienta de edición visual, que a menudo se utiliza para perfeccionar y
alterar la realidad, sugiere que la autenticidad se pierde cuando tratamos de
"editar" nuestras relaciones de una manera que no refleja quiénes
somos realmente.
Resalta la
tendencia a maquillar la realidad, no sólo en las imágenes, sino también en
nuestras vidas. Así, la reflexión podría llevarnos a cuestionarnos sobre la naturalidad
de nuestras interacciones y a buscar la honestidad y la sinceridad en nuestras amistades
y con los demás, reconociendo que es en esos espacios genuinos donde
encontramos la verdadera plenitud y felicidad.
Y esta metáfora del Papa Francisco nos invita a
reflexionar: ¿Estamos siendo fieles a
nosotros mismos y a los demás, o estamos tratando de conformarnos con una
imagen idealizada de lo que debería ser?.
Sobre la frase que "el corazón no se puede photoshopear, porque es ahí, donde juega el amor verdadero, ahí se juega la felicidad",
se destaca la autenticidad y la importancia de cultivar relaciones genuinas. La
metáfora del corazón, el lugar simbólico del amor verdadero, sugiere que las
conexiones profundas y significativas, no pueden ser falsificadas o manipuladas
de manera superficial.
En un mundo lleno de distracciones y presiones
sociales, es fácil perderse en la búsqueda de una imagen idealizada de la vida,
a menudo impulsada por las redes sociales y las expectativas externas. Sin
embargo, el Papa Francisco nos recuerda que, a pesar de las tentaciones de la
apariencia superficial, la verdadera fuente de alegría está arraigada en las uniones
auténticas y en la capacidad de amar y ser amados. A veces nos vemos envueltos
en la presión de las apariencias pero, estas palabras
nos invitan a centrarnos en lo que realmente importa. No se trata de crear una
imagen perfecta en el exterior, sino de nutrir la esencia misma de nuestros vínculos
en las relaciones humanas.
La realidad en nuestras relaciones requiere valentía
para ser nosotros mismos y para aceptar a los demás tal como son. Al abrazar la
naturalidad y cultivar relaciones basadas en el amor verdadero, encontramos un
camino hacia la verdadera plenitud y felicidad, un camino que no se puede
alterar con trucos superficiales.
“Que el Señor nos bendiga y la Virgen nos
proteja”
Tu amiga
Mirtha
Villarroel de Rocha
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