SOMOS IMPACIENTES Y QUEREMOS PALPAR INMEDIATAMENTE LA ACCIÓN EFICAZ DE DIOS EN EL MUNDO
Es comprensible que, como seres humanos, a menudo nos sintamos impacientes y deseemos ver resultados inmediatos. Anhelamos una acción eficaz de Dios en el mundo para poner fin a todas las injusticias, el sufrimiento y el mal que presenciamos. Sin embargo, es importante recordar que la visión de Dios es mucho más amplia que la nuestra, y Su manera de obrar trasciende nuestro entendimiento limitado.
Dios actúa
de formas que no siempre podemos percibir o entender completamente. Su plan es
complejo y se desarrolla a lo largo del tiempo y a través de las acciones y
decisiones de todos los seres humanos. Algunas veces, lo que percibimos como
inacción o silencio de Dios puede ser parte de un propósito mayor que solo se
revelará con el tiempo.
Además, la
impaciencia puede ser una manifestación de nuestro deseo de controlar todo y
tener respuestas inmediatas a nuestros problemas. A veces, Dios nos invita a confiar
en Él, a ser pacientes y a aprender a aceptar lo que no podemos cambiar.
La fe
implica creer en la bondad y la justicia de Dios, incluso cuando no entendemos
completamente Su plan. La oración y la reflexión pueden ayudarnos a fortalecer
nuestra fe y a encontrar la paciencia para esperar en tiempos de dificultad.
Es esencial
recordar que también somos responsables de ser agentes de cambio en el mundo.
En lugar de esperar que Dios resuelva todos los problemas, podemos trabajar
para crear un mundo más justo, compasivo y amoroso. A través de nuestras
acciones y esfuerzos, podemos marcar la diferencia en la vida de las personas
que nos rodean y contribuir a un mundo mejor.
Así que, aunque anhelemos la acción eficaz de Dios de manera inmediata, también podemos aprender a confiar, ser pacientes y comprometernos a ser parte del cambio que deseamos ver en el mundo.
“Que el Señor nos bendiga y la Virgen nos proteja”
Tu amiga
Mirtha
Villarroel de Rocha
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