¡VIRGEN MARÍA! MADRE DE LA IGLESIA.

 DIA 29. Te pedimos por la Santa Iglesia Católica, por   el Santo Padre Francisco,  por  todos los  obispos,  por todos los sacerdotes.

Querida Madre de la Iglesia, elevamos nuestras oraciones por la Santa Iglesia Católica. Te pedimos que la protejas, la fortalezcas y la guíes en su misión de llevar el amor y la salvación de Cristo a todos los rincones del mundo.

Intercede por nuestro amado Santo Padre Francisco, para que sea guiado por el Espíritu Santo en todas sus decisiones y enseñanzas. Que sea un instrumento de unidad y paz en la Iglesia, y un ejemplo de humildad y amor para todos los fieles.

Te pedimos también por todos los obispos, incluido nuestro obispo diocesano, y por todos los sacerdotes. Dales sabiduría, fortaleza y santidad en su servicio a la Iglesia y a las almas confiadas a su cuidado. Que sean fieles pastores, dispuestos a dar su vida por el rebaño que se les ha encomendado.

Virgen María, te suplicamos que intercedas ante tu Hijo para que se suscite una abundante y santa vocación sacerdotal. Danos Señor sacerdotes santos, generosos y llenos de amor por ti y por tu Iglesia. Que nunca falten ministros del altar que administren los sacramentos y ofrezcan la Eucaristía, fuente y cumbre de nuestra fe.

Así es, la presencia y función del sacerdote son fundamentales en la Iglesia Católica. El sacerdote tiene un papel central en la celebración de la Eucaristía, ya que es el único con el poder de consagrar el pan y el vino, transformándose en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Sin un sacerdote, no sería posible tener la presencia real de Jesús en la Eucaristía.

No hay perdón de los pecados y no hay unción en el momento de nuestra agonía para partir a la patria celestial. Por eso, te rogamos que llames y formes a muchos hombres dispuestos a entregar sus vidas al servicio de Dios y de su pueblo.

Madre María, como Madre de la Iglesia, confiamos en tu poderosa intercesión. Que tu amor y protección maternal acompañen siempre a la Iglesia y a sus ministros. Que, a través de tu intercesión, seamos una Iglesia santa y llena de vocaciones, capaz de cumplir fielmente la misión que nos ha sido encomendada.

¡Señor Danos Sacerdotes! ¡Señor Danos Sacerdotes Santos! ¡Señor Danos Muchos Sacerdotes Santos!  y que jamás no falte un sacerdote, porque sin ellos no hay Eucaristía y como fiel creyente,  el perdón por nuestros pecados.

“Que el Señor nos bendiga y la Virgen nos proteja”

Tu amiga

Mirtha Villarroel de Rocha

 

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