SEÑOR, DAME ESA AGUA PARA QUE YO TENGA MÁS SED.
EVANGELIO DE SAN JUAN 4,5-15.19b-26.39a,40-42
El pasaje
del Evangelio de San Juan relata el encuentro de Jesús con una mujer samaritana
en el pozo de Jacob. Esta mujer se acerca a Jesús para saciar su sed, pero en
lugar de agua, Jesús le ofrece el agua viva que solo Él puede dar, y que
saciará su sed para siempre.
La
conversación entre Jesús y la mujer samaritana es significativa por varias
razones. Jesús rompe con la tradición de los judíos de su
época, que evitaban tener contacto con los samaritanos. Él se acerca a la mujer
samaritana y le habla sin importar su origen. Jesús revela que Él es el Mesías,
algo que no había hecho explícitamente en público antes de este encuentro. La
mujer samaritana se convierte en una seguidora de Jesús. Ella reconoce su
pecado y su necesidad de redención, y luego comparte su experiencia con otros
en su comunidad.
¿Estoy deslumbrado por las aguas del
consumismo, el dinero, el poder...? ¿Po qué? ¿Tengo sed de Dios y hago su
voluntad? ¿Comparto mi fe con los demás?
Es común
sentirse atraído por las promesas del consumismo, el dinero y el poder, ya que
la sociedad en la que vivimos nos bombardea constantemente con mensajes que nos
invitan a buscar la felicidad en la acumulación de bienes materiales y el éxito
en términos externos. Sin embargo, estos logros pueden ser efímeros y no
satisfacer completamente nuestras necesidades emocionales y espirituales.
Lo más importante
es cultivar una relación con Dios y buscar su voluntad en nuestra vida. Al
hacer la voluntad de Dios, podemos encontrar la paz y la felicidad que
anhelamos.
Debemos compartir
nuestra fe con los demás es una forma importante de vivir nuestra relación con
Dios. Al compartir nuestra experiencia de fe y testimonio con los demás,
podemos ayudarles a descubrir su propia relación con Dios y a encontrar el
sentido y la dirección que buscan en sus vidas.
“QUE EL SEÑOR NOS BENDIGA Y LA VIRGEN NOS
PROTEJA”
Tu amiga
Mirtha
Villarroel Hurtado.
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