DOMINGO DE TENTACIÓN: REFLEXIONEMOS EN EL EVANGELIO DE HOY DÍA
TOMA TU BIBLIA Y LEE: Mt Capítulo 4, versículos del 1 al 11
El Evangelio
de Mateo, nos presenta una narración de la tentación de Jesús en el desierto
por parte de Satanás. Este pasaje nos brinda varias reflexiones sobre la
naturaleza de la tentación y la manera en que podemos resistirla.
Podemos
ver que Satanás intenta tentar a Jesús en tres áreas principales: el hambre, la autoridad y la idolatría.
Estas tentaciones representan los deseos básicos del ser humano: la necesidad de supervivencia, el deseo de
poder y el anhelo de seguridad y confort. Sin embargo, Jesús resiste cada
una de estas tentaciones citando las Escrituras y recordando la voluntad de
Dios.
El hecho
de que Jesús haya sido tentado, nos muestra que la tentación no es pecado en sí
misma, sino que es la respuesta a la tentación lo que puede llevar al pecado.
Jesús nos muestra que podemos resistir la tentación si confiamos en Dios y su
palabra.
Analizando, la
tentación es algo que nos afecta a todos, incluso a los más santos y piadosos.
La tentación no es señal de debilidad, sino una realidad humana que debemos
enfrentar con fortaleza y determinación.
El "Domingo de Tentación" que se lleva
a cabo en el primer domingo de Cuaresma, conmemora la experiencia de Jesús en
el desierto, donde fue tentado por Satanás durante cuarenta días y cuarenta
noches.
La tentación
de Jesús fue un momento crucial en su ministerio terrenal, ya que le permitió
demostrar su fidelidad a Dios y su capacidad de resistir el mal. La tentación
de Jesús también nos muestra que, como seres humanos, todos somos susceptibles
a la tentación y debemos estar alerta y preparados para enfrentarla.
El Domingo
de Tentación es una oportunidad para reflexionar sobre las tentaciones que
enfrentamos en nuestra propia vida y cómo podemos resistirlas. Nos recuerda que
la tentación no es algo que debemos temer, sino algo que podemos superar con la
ayuda de Dios y su gracia.
En la
liturgia cristiana, este día también es una llamada a la penitencia y al
arrepentimiento, invitándonos a reflexionar sobre nuestras propias debilidades
y pecados y a buscar el perdón y la misericordia de Dios.
“QUE EL SEÑOR NOS BENDIGA Y LA
VIRGEN NOS PROTEJA”
Tu amiga
Mirtha
Villarroel Hurtado.
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