¡NUESTRA VIDA ESTÁ EN MANOS DEL SEÑOR!
"Querido doctor Olivera, pido disculpas y manifiesto mis respetos, por eso me atrevo a enviarle este mensaje con mucho cariño y apoyo en este momento difícil.
Le
escribe Mirtha Villarroel Hurtado asegurada de la CNS y operada hace un año a
corazón abierto en Sta. Cruz a instancias suya. Aquí soy su paciente y admiro su profesión con
calidad humana y calidez, valores propios de un verdadero profesional. Un
desenlace desfavorable en una operación a corazón abierto puede ser difícil
para el médico cardiovascular, ya que puede experimentar una variedad de
emociones, como tristeza, ansiedad… en el caso reciente ocurrido con la
cirugía de un paciente, que fue mi cliente durante décadas, por eso, es que me
atrevo llegar a usted para ofrecerle al Señor mis oraciones, mandarle este
mensaje con mucho cariño y apoyo en este momento dificultoso, recordando que
esto no significa que por ser médico no deba sentir tristeza o empatía por la
pérdida de su paciente, sé que es difícil para usted, sabemos lo duro que es el
trabajo en esta área y lo mucho que le importaba su paciente. Fue triste doctor
el desenlace, pero recuerde que hizo todo lo posible, que puso su conocimiento y
hasta la intervención quirúrgica en manos del Señor.
Esta mañana muy temprano visité a la familia, expresaron su gratitud y destacaron su profesionalismo, que la operación fue todo un éxito, pero a veces las cosas escapan de nuestras manos. Esto puede ayudar a algunas personas a encontrar consuelo en momentos difíciles, sabiendo que todo está en las manos del Dador de la vida superior a nuestra frágil humanidad. La muerte llega por que es su tiempo, “todo tiene su momento” (Eclesiastés 3). Cristianamente, sabemos que la muerte llega cuando es el momento de Dios y que ÉL es el único que tiene el control de nuestras vidas. Esto significa que todos los seres humanos tienen un instante de muerte predestinado. En la medicina, la muerte se puede producir por una variedad de causas, como enfermedades crónicas, lesiones traumáticas, enfermedades infecciosas, suicidio, intervenciones quirúrgicas o accidentes. Hay que mencionar que no todas las causas de la muerte son conocidas o pueden ser prevenidas, aunque muchos esfuerzos se realizan para prevenir y tratar enfermedades, la muerte sigue siendo una realidad ineludible de la vida humana. El destino está marcado.
Es preciso encontrar un equilibrio entre
aceptar que la vida y la muerte son parte de un plan divino más grande y ser
conscientes que la vida continúa y no descuidar lo que el Señor ha puesto en sus
manos y en su profesión a muchas personas que padecen de problemas del corazón.
Siga adelante doctor, siga siendo el gran
médico que tiene esta ciudad, es lo único que tenemos, su dedicación y
compromiso son una inspiración para todos nosotros, digno de admiración.
Disculpe que llegue a través de este medio dando gracias por su vida, una y otra vez a nuestro Creador y al Divino Niño que yo sé usted es muy devoto, (yo le llevé un cuadrito) quizá no me ubique, pero sólo, quien ya pasó por una cirugía de magnitud y se encuentra en un plano de cristiana comprometida, comprende la situación.
Cuente con mis oraciones doctor Joaquín y
jamás pierda la fe, que el Señor le dé mucha fortaleza en su cuerpo, mente y
espíritu.
Lo
saluda su paciente y estará en mis oraciones.
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