MES DE MARÍA, DÍA 20


 

DIA 20: Qué fácil es convencer a María

En septiembre de 1980, la madre Teresa de Calcuta fue a visitar el Hogar ¿Infantil de Calcula. Un niño se estaba muriendo y una de las Hermanas se lo dijo a la madre Teresa, la cual tomó al niño en sus brazos y se puso a rezar un Padrenuestro y un Avemaría. El capellán bendijo al niño y la madre Teresa se lo devolvió a la Hermana. Aquella misma tarde el niño comenzó a mejorar y al día siguiente estaba fuera de peligro. El poder de la oración había obrado el prodigio.

¡Santa María! Lo que eres capaz de hacer por nosotros, sólo por un Avemaría! Por rezar un Avemaría, ¡Cuánto puedo conseguir!

Esto que te cuento es real y nace por iluminación del Espíritu Santo para hacer una reflexión sobre el poder de la oración a María.  Un sobrino me llama en una ocasión y dice que está muy triste, razones que me las dio, mi respuesta fue ésta: te recetaré nueve pastillas para que consigas tener paz en tu corazón y cures tus angustias. Y si ves que algún amigo (a) la precise por estar en tu misma situación, tú se la recetas. Un poco confundido me dice en tono vulgar, ¿me está tomando el pelo? ¿Yo puedo tomar y dar a otros sin receta médica? Sí, le contesté. Escucha bien la dosis. Tomarás tres pastillas antes del desayuno, tres pastillas después del almuerzo y tres pastillas ante de dormir, ¡Ahh!... y puedes aumentar una más, que no te caerá mal. Sigue hablando el joven sobrino, ¿por cuánto tiempo se toma?, hasta que te cures, porque con seguridad que te sanarás, si sigues al pie de la letra la medicación. Y cómo me las mandará, no te preocupes, que ahora mismo te las envío y enseguida te llegará, quedó pasmado y por fin le manifesté que la receta enviada son pastillas espirituales, que son tres Avemarías que debe rezar antes y durante las comidas principales y si cumples al pie de la letra, más con la yapa, te habrás rezado una decena del rosario y le habrás regalado a nuestra Madre Santísima, diez maravillosas rosan que la llenarán de alegría y tú volverás a encontrar solución a tus dificultades. y  qué creen que pasó. Pues cumplió con la medicina y hasta hoy sigue rezando porque en verdad, encontró solución a su problema      

Ahora te toca a ti, comienza con la dosis y puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.

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